- Equipos beta que se integran por libre albedrío, sin ningún procedimiento o criterio técnico específico. En estos equipos es usual que exista una alta colaboración y cooperación entre sus miembros, pero al mismo tiempo pueden tener similares deficiencias o debilidades.
- Equipos alfa que se constituyen a partir de algún basamento o mecanismo con criterios técnicos específicos. En estos equipos puede que inicialmente entre sus miembros la colaboración y cooperación no sean tan altas, pero el conocimiento previo de las fortalezas y debilidades de cada concursante debe derivar en equipos más fuertes desde un inicio.
Por otra parte en la mayoría de las universidades no existen demasiados estudiantes interesados en participar y que tengan la aspiración de triunfar en el ACM-ICPC, por lo que no se evidencia la necesidad de aplicar un mecanismo o procedimiento que conforme equipos más fuertes a partir de ciertos criterios que consideren los desempeños individuales de la cantera disponible de concursantes. Generalmente esos mecanismos surgen en universidades que tienen más experiencia y tradición en los diferentes niveles competitivos del ACM-ICPC, donde ya existen clubes de algoritmia o cualquier otro tipo de organización que agrupe a varios concursantes y entrenadores interesados en el tema. La universidad que aspire cada año a mantener o mejorar los resultados en el ACM-ICPC no podrá conformarse solo con el enfoque de equipos beta; de lo contrario aumenta el riesgo de tener buenos resultados en un momento o período determinado y luego pasarse varios años en un slump. Los autores consideran que el mejor mecanismo, si existiera, debe incluir la conformación de equipos alfa.
Existen varios métodos para conformar equipos alfa. Seguidamente se muestran dos de ellos:
- Método de especialización (AMRAII, 2007). Cada concursante, y solo él, se hace cargo de determinadas áreas del conocimiento. Este enfoque, a pesar de que pudiera parecer que se logra abarcar más contenido, tiene el riesgo potencial de que durante la competencia un concursante no se sienta bien por diferentes motivos (fisiológicos, psicológicos o de cualquier otra índole) y sencillamente no se podrán resolver los problemas correspondientes a sus áreas. Por otra parte está la cuestión de que si en la competencia se atasca o complica con un ejercicio, pues entonces no podrá pedir ayuda a otro miembro del equipo porque solo él es el experto en el área en cuestión. En este método el trabajo en equipo puede llegar a ser muy bajo.
- Método de integralidad. Cada concursante abarca la mayor cantidad posible de áreas del conocimiento, con un solapamiento deseado en las áreas que dominan los restantes compañeros de equipo. Con este enfoque, en parte, se reducen los riesgos mencionados anteriormente. Aunque en teoría este método parece ser el ideal, puede resultar compleja la formación e identificación de competidores integrales. En este método el trabajo en equipo puede llegar a ser muy alto, pues potencialmente hay al menos dos personas que conocen de un área o una habilidad determinada.
Cualquiera sea el mecanismo que se aplique para obtener equipos alfa, se deben considerar algunas de las principales características de un buen equipo:
- Trabajo en equipo (ERNST, MOELANDS y PIETERSE, 1996). Es muy deseable que haya una adecuada cooperación y colaboración entre los miembros de un equipo. En la mayoría de los escenarios “dos o más cabezas juntas piensan mejor y más rápido que una sola”. Entre los tres concursantes de un equipo debe existir una buena sinergia y comunicación.
- Balance de habilidades. Debe existir un adecuado equilibrio entre las fortalezas y debilidades de los miembros del equipo. Idealmente las deficiencias de un concursante deben, al menos, contrarrestarse con las fortalezas de sus compañeros de equipo. Puede impactar de manera negativa en sus resultados si un equipo llega a una competencia con deficiencias no cubiertas por ningún concursante.
- Preparación psicológica. Los concursantes del equipo deben mantener siempre una adecuada motivación y ecuanimidad, tanto antes de la competencia como hasta el último segundo de la misma. A lo largo de todo el concurso deben velar porque la moral esté alta y no les afecten demasiado la presión o el estrés, ya sea por factores internos (interioridades del propio equipo) o externos (en el área de competencia, etc.). El equipo debe ser capaz de seguir o sobreponerse cuando las cosas no le van bien; de igual modo no puede confiarse demasiado cuando van en posición ventajosa en un momento determinado de la competencia.
Referencias
AMRAII, Saman A. Observations on teamwork strategies in the ACM international collegiate programming contest. Crossroads, 2007, 14 (1), Article No. 9, p. 1-9.
ERNST, Fabian; MOELANDS, Jeroen; PIETERSE, Seppo. Programming contest strategies. Crossroads, 1996, 3 (2): p. 17-19.